No me tocó un Dr House

Viene el médico a domicilio. Señor mayor, lento, aparentemente muy amigable. Le explico que me diagnosticaron bronquitis y me dieron sólo un día de reposo. Le muestro lo que me recetaron; ni me revisa:

-Está bien, la gripe es un virus, que llega cuando quiere y se va cuando quiere... no se va a ir porque le digas vos. Lo que tenés que hacer es quedarte en cama y mirar todos los noticieros y después me llamás a mí para contarme en qué anda Cristina. Qué barbaridad... yo digo, ¿por qué no se va con Charly a la clínica? Si están locos los dos...
-Charly por lo menos hizo cosas buenas.
(Sonríe) - Es verdad, pero yo no lo entiendo... no entiendo lo que quiere. ¿Sigue escribiendo? Es la droga, ¿ves? Es culpa de la droga. Además, para qué tanto psiquiatra, la psiquiatría no sirve, yo siempre lo dije, ¿qué te van a decir?

Le suena el teléfono, un celular moderno. Lo mira:
-Ocho mensajes de texto, yo no entiendo esto, ¿vos entendés?
(miro su celular)
-Son llamadas perdidas.
-¿Pero quién me lo manda?
-El número xxxxxxxx intentó llamarlo y el teléfono le avisa automáticamente con un mensaje que ese número lo llamó a tal hora.
-No me interesa.

Al rato:
-Vos que trabajás en espectáculos, ¿qué tal el Colón?
-Lo están refaccionando, pero parece que se está viniendo abajo.
-¡Qué barbaridad! A mi me gusta mucho el tema; ojo, no voy nunca, pero dicen que la acústica que tiene es única. Me gusta la ópera, cierta parte... las óperas son todas estúpidas, pero la parte en que cantan, las voces me gustan, sin la voz no hay ópera. Todos los grandes directores del mundo entero quisieran tocar ahí, por la acústica... pero habría que armar una comisión para que lo mantengan... claro, para otras cosas sí hacen, los travestis por ejemplo, hasta baños en la vía pública tienen, eso es promoción.
-...