2.4.08

Ende neu

¿A qué le tenemos miedo? Ayer lo pusimos en palabras. Como siempre que mantenemos esas charlas extensas, a solas, cerveza de por medio. Nos confesamos todo y admitimos nuestros temores y orgullos, explicamos qué nos pasa, por qué no hicimos esto o aquello, por qué actuamos así en tal oportunidad, por qué no podemos salir del laberinto.
Nos preguntamos por qué no entendemos eso que nos preocupa tanto, nos convencemos de hacer determinadas cosas, planeamos grandes aventuras para los próximos días, coordinamos salidas de esas en las que no decimos a qué le tenemos miedo sino que, también cerveza de por medio, nos reímos mucho y vamos a recitales o a bailar.
Nos burlamos de nuestros cortes de pelo, intercambiamos información secreta, hablamos de Murakami, del prólogo de Los lanzallamas, de la necesidad de escribir y de lo que pueden las imagenes y no las palabras.
Le conté lo que esperaba para lo que quedaba de la noche y ella me habló de mejores opciones para otras noches. Hablamos del fin de las cosas, que inevitablemente significa el comienzo de otras, charlamos un rato más en la calle porque ella quería fumar un cigarrillo (yo dejé hace unos dos meses), y nos fuimos.
Fue el final de esa salida y el comienzo de lo que podría llamar mi segunda noche. A las cinco de la mañana llegó a su fin y fue el comienzo de lo que podría llamar el sueño sobre la segunda noche. Me levanté hace un rato y fue el final del sueño sobre mi segunda noche y el comienzo de un feriado reparador. Me fui directo al baño y me di una ducha, me puse gel para baño y cremas, me peiné, agarré las cosas para pintarme las uñas otra vez, puse la pava. Esos arranques en los que me hago el amor a mí misma con pequeños detalles.
Prendí la compu para poner música y vi que había terminado de bajar uno de los discos de la lista: Ende neu. Sonreí. Yo sé lo que significa Ende neu. Lo descomprimí, le di play y así. Termino una cosa y empiezo la otra. No hay forma de no hacerlo, y me acuerdo que pusimos en palabras nuestros miedos pero no hay caso, termina y empieza igual, querramos o no. Destruimos lo que tenemos a nuestro alrededor y empezamos de nuevo. Construimos otra vez.

2 comentarios:

Julia dijo...

Miedos, putos, putos todos! váyanse!

Ceso, la próxima vez grabo toda nuestra conversacion, porq la verdad es q son fascinantes y me dejan pensando, pero a veces el alcohol me trae falta de memoria y eso. Me encanta mostrarme así tal cual soy. esto debería escribirtelo en un mail, porq es bastante personal. Ya te escribiré, sin prejuicios y desnuda una vez más. Bueno, me voy a lo de mi hermana a tomar la leche. Te quiero mucho mucho un monton. Gracias por otro Romario.

cadaveres de niños dijo...

A la vuelta de casa hay un romario y los repartidores usan patines alineados (no son los que me gustan), pero la re mueven.

qué bueno ende neu. A mi me cambió la vida blixa y sus secuaces.

Ese disco tiene máximas:
1. lo que no es, es posible.
2. desobedecer es la ley
3. stella maris tiene la letra más triste del mundo

Como si esto fuera poco(!) el sábado conseguí un disco re caverna de neubauten en una discotienda re paqueta de palermo.