Mañana jueves estrena I'm not there. La tenía en casa hace meses pero no sé por qué (creo que porque con alguien habíamos acordado verla juntos pero siempre terminábamos haciendo otras cosas o viendo otras pelis) aun no la había visto. Pero hoy tenía que escribir sobre el filme en el trabajo, así que anoche, después de cenar con Lore y Ju por ahí, beber cerveza y ahogar penas, me hice unos mates y me dispuse a sumergirme en ella, la nueva obra de Todd Haynes.
Me pareció una bonita pieza, y hubiese puesto Pause varias veces para anotar frases que tiraban las diferentes facetas metafóricas de Dylan, de no ser porque no quería quebrar el ambiente continuo que generaba la película cortándola a cada rato.
Lo que más me gustaron fueron los detalles oníricos, la aparíción de Allen Ginsberg y los Beatles, la actuación de mi querida Charlotte Gainsbourg (sí, soy su fan), y el guión, el guión, el guión.
Más allá de la estética y lo hermoso que está Ben Whishaw en su papel de Dylan/Rimbaud (ver foto), las palabras siempre son las que más me conmueven. Y, oh casualidad, las palabras son de Dylan, aunque el guión no sea suyo, las palabras son de Dylan, el mensaje es de Dylan.
Me conmueve la gente que logra transmitir así lo que uno tiene adentro y no sabe cómo decir. Desde que aprendí a escribir trato y trato de mezclar letras, desmenuzar oraciones, hacer castillos de palabras que reflejen con la mayor fidelidad posible lo que me pasa adentro, pero nada. Y es un lugar común decir que Dylan y Rimbaud son grandes, pero ni modo. La combinación de ellos dos me pareció una preciosa fusión, aunque al señor de Télam le haya parecido la parte más floja de la película.
A mí me encantó, y me encantó tanto que sucedió algo inédito: hasta Richard Gere me pareció buen actor. El nene que escapa con su guitarra killer me pareció un excelentito (?) actor, confirmé que el precioso Heath Ledger dejó otra joya para que crezca el mito que defiendo (que podría haber sido el mejor actor de las próximas décadas), Cate Blanchett acrecentó mi amor por los andróginos y Christian Bake la rompe (encima, con participación en su fragmento de Julian Moore -otra de mis actrices favoritas- y Kim Gordon).
Me pareció una bonita pieza, y hubiese puesto Pause varias veces para anotar frases que tiraban las diferentes facetas metafóricas de Dylan, de no ser porque no quería quebrar el ambiente continuo que generaba la película cortándola a cada rato.
Lo que más me gustaron fueron los detalles oníricos, la aparíción de Allen Ginsberg y los Beatles, la actuación de mi querida Charlotte Gainsbourg (sí, soy su fan), y el guión, el guión, el guión.
Más allá de la estética y lo hermoso que está Ben Whishaw en su papel de Dylan/Rimbaud (ver foto), las palabras siempre son las que más me conmueven. Y, oh casualidad, las palabras son de Dylan, aunque el guión no sea suyo, las palabras son de Dylan, el mensaje es de Dylan.
Me conmueve la gente que logra transmitir así lo que uno tiene adentro y no sabe cómo decir. Desde que aprendí a escribir trato y trato de mezclar letras, desmenuzar oraciones, hacer castillos de palabras que reflejen con la mayor fidelidad posible lo que me pasa adentro, pero nada. Y es un lugar común decir que Dylan y Rimbaud son grandes, pero ni modo. La combinación de ellos dos me pareció una preciosa fusión, aunque al señor de Télam le haya parecido la parte más floja de la película.
A mí me encantó, y me encantó tanto que sucedió algo inédito: hasta Richard Gere me pareció buen actor. El nene que escapa con su guitarra killer me pareció un excelentito (?) actor, confirmé que el precioso Heath Ledger dejó otra joya para que crezca el mito que defiendo (que podría haber sido el mejor actor de las próximas décadas), Cate Blanchett acrecentó mi amor por los andróginos y Christian Bake la rompe (encima, con participación en su fragmento de Julian Moore -otra de mis actrices favoritas- y Kim Gordon).
Así que los personajes, esos Dylan que van de un pastor evangelista a un actor mareado por el éxito y un ídolo folk cantante de protesta que se convierte en Judas por cambiar la acústica por la eléctrica, me llenaron la pieza como duendes mágicos sin que me importara demasiado el argumento. Cate Blanchett me pareció una Alicia entrando y saliendo del espejo, y yo siempre envidié sanamente a quienes logran traspasar.
Al fin y al cabo, podrían haber sido una novela de Murakami. No importa de qué se trate la historia, que las cosas se confundan un poco, creerse muy inteligente interpretando tal o cual metáfora o si el autor quiso decir tal o tal cosa. Lo que importa es sentir, que los personajes se te metan como un disparo y que dejen de ser personajes de una obra. Al fin y al cabo yo soy May Kasahara, Alicia, Amelie, Naoko y Midori a la vez, el narrador de algunas poesías de Pizarnik y el tipo de Alta fidelidad, todo junto y entre tantos otros, excepto ayer. Ayer a la noche fui Bob Dylan mirando una película, justo como hubiera sido él si hubiera sido mujer.
5 comentarios:
Yo estoy super enamorado de Charlotte Gainsbourg. Además me puse contento porque editaron el disco acá, eso es bueno. Lo podré conseguir.
Me caben muchas cosas de ella:
1. tiene el mismo novio de los 19 años, eso es genial (aunque no sé qué tiene de genial, es medio bonjovi eso)
2. tiene pinta de ser nerd
3. el 80% de las veces tiene cara de resfriada
4. canta bajito
5. fue mi disco top10 favorito del año pasado y no era de ruido (!).
6. hacía re linda pareja con gael en the science of sleep. Y se llamaban igual!
7. su papá es orejón y confieso que los orejones me gustan más que los payasos y los magos.
La voy a ver con la esperanza de abrir mi corazón a Dylan de una buena vez. Siempre quise tener una gasolinera en medio de una ruta polvorienta a 53.4 millas al oeste de Little Big Horn, tener un Dodge Challenger azul modelo '70 con una pala en el baúl, una novia india, casarme en las Vegas, usar jeans y camisetas sucias, botas y raybans, tener un winchester apoyado junto a la mecedora, escupir, dispararle a búfalos, serpientes y todo lo que se mueva en el horizonte, no afeitarme, tomar licor en una petaca hecha con las pelotas de un toro o de mi vecino y otras cosas imposibles si no suena de fondo un disco de Dylan...
hacia falta el parrafo murakamense?
hoy vi una mujer en la calle que tenia un libro llamado sputnik mi amor...
jaja, tres de mis firmantes favoritos!!!
sus posts son insuperables, no puedo comentar nada al respecto.
Holetes!
Aguante Gomma Movies!!! ;)
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