Gentes

Me tocan el brazo. Miro a mi izquierda y un chico rubio de ojos celestes, creo que más chico que yo, mueve los labios. Me saco un auricular para escucharlo creída de que va a preguntarme si el colectivo pasa por tal lado o cuánto falta para llegar a tal otro pero así, sin más, me recita una poesía. Después me pregunta mi nombre y adónde voy. Me cuenta que él va a un centro de rehabilitación por drogas, que en un mes quizás le dan el alta; que suele ponerse fechas como meta para estar bien aunque sabe que su meta debería ser siempre Hoy. Me pregunta qué estoy escuchando en el reproductor de mp3, me dice que leyó en el diario de hace unos días algo de Smog, le digo que fui a verlo, me dice que es una coincidencia que haya leído y recordado eso, que hasta hace unos días no sabía lo que es el indie, con i y con e al final, ¿no? Me pregunta si me gustan los Redonditos, me pregunta si alguna vez escuché a Charly García. Me muestra la espalda de su campera de jean, con la cara de Charly pintada. Me cuenta de la escuela de bellas artes a la que va y de un profesor que no le gusta porque le mete mano a sus trabajos y eso un artista no puede permitirlo. Me pregunta de nuevo cómo es que me llamo, me cuenta que tiene problemas de ansiedad, me pregunta de qué trabajo y qué opino de los medios de comunicación. Me cuenta que un día le hicieron una encuesta de Canal 9, que le preguntaron sobre la infidelidad y él dijo "Hadad, andáte a la puta que lo parió". Me sonríe buscando complicidad. Me repite la poesía mientras me bajo.