2.11.08

"Es mejor dormir con un caníbal sobrio que con un cristiano borracho"*

Subí al 65 a las 6.30 de la mañana con una pareja de amigos. Como soy sola me dije a mí misma "bueno, me siento en una butaca individual así no los molesto", y eso hice. Además, a esa hora, ya no estábamos para mantener conversaciones tan animadas, la onda era pegar la cabeza al vidrio y golpeársela a los saltitos entreabriendo los ojos cada tanto para ver por qué calle iba uno hasta llegar a casa.

Cuestión que el colectivo se llenó rápidamente. No me di cuenta de dónde salió, pero de repente había un flaco parado al lado mío. Era un chico lindo, rubio, de ojos claros, que abrió la boca para tirarme palabras junto con un olor a vómito que verdaderamente no fue para nada agradable. Me dijo algo así como qué lástima que yo estaba en un asiento individual y no de dos, pero de todos modos no se vio impedido por eso de sentarse conmigo: se acomodó en el escalón de la última fila de asientos y ahí se quedó.
Balbuceaba una cosa tras otra, pero yo no le entendía ni la mitad. Entendí que me decía que habíamos ido a la misma fiesta, que él bajaba en Parque Centenario, que fuéramos a tomar algo a Chacarita (lo cual no decía tan concretamente sino así: "podemos... viste... bajar ahí juntos en Chacarita... está bueno... y caminás unas calles y hay unos lugares copados.... en Chacarita, ¿Chacarita, no?).
Yo miraba por la ventana para que el olor a vómito no me diera de lleno en la cara pero el flaco me hablaba igual. Me preguntó mi nombre, decía que necesitaba saberlo porque yo le hacía acordar a alguien. Pensé en decirle Ana, pero no le dije nada. Me dijo que si quería anotara su teléfono, que era "11-12-13-14-jaja... así, 11-12-13-14", y me preguntó cada 5' durante todo el toooodo el trayecto, como un nene, "¿Cuánto falta para Parque Centenario?", y cada vez que pasábamos por un espacio verde, así fuera un cantero, me preguntaba también, "¿Es Parque Centenario?".
Una de las últimas cosas que le entendí fue que el Parque Centenario a la noche estaba lleno de putos, y que tenía hambre, así que podíamos bajar juntos y comer "uno de los patos de la laguna, que se ven re sabrosos!".

Apenas el colectivo agarró la rotonda del parque le dije "¡te tenés que bajar acá!", pero nada. Yo me tenía que bajar pero no quería hacerlo con el flaco así que insistí en la otra parada y creyó que bajábamos juntos, pero cuando vio que yo no me bajaba le gritó al chofer: nooo, señor, la próxima calle.

Todo el mundo me observaba como si fuera una película a ver qué decisión tomaba, mis amigos se habían despertado. Los miré y les dije frustrada: "yo no me bajo más". Al final a la parada siguiente amagué a bajar y el flaco bajó. Yo me bajé en la otra y tuve que caminar como diez cuadras hasta mi casa. Sin embargo llegué, me hice un té de menta, escribí un mail y me acosté feliz recordando el recital de REM y lo que siguió toda la noche. Siempre es mejor dormir con un caníbal sobrio antes que con un cristiano borracho y a veces ni eso... a veces mucho más plácido dormir sola.

*Moby Dick

4 comentarios:

orgullozombie dijo...

tendrìas que haber tomado el 84...

Julia dijo...

Totalmente de acuerdo con el título. El que se acuesta con borrachos, mojado se levanta. Igual, yo intentaría marcar ese numero q te dio.

Me gusta eso de darse golpecitos en la cabeza a propósito con el vidrio.

Una vez vi a un pato del Parque Centenario volar. Hace muchos años, así q podés imaginarte por qué lo vi volar yo.

Besos, Ce!!

Cecilia Martínez Ruppel. dijo...

bingo. no! nací para recopilar historias, soy la gastón pauls del indie ¿?

ju. ya lo llamé, quedamos en encontrarnos en el parque centenario, al lado del pato q vuela!

La Criatura dijo...

Jajaje ji... En nombre de ese flaco, les pido perdón a todas las ch... chicas que sufren... tales infortunios.
Es que... es que, no sé, es el famoso manoteo de ahog... eh... ¿cómo te llamas? anotá mi número... 15.. eh... ¿cuánto falta para parque centenario?