Pasó Jacinto

-Yo en mi casa no atiendo más el teléfono, te llaman para cualquier pelotudez: "Felicitaciones, uted se ganó un consolador musical marca Phillips", o "Lo esperamos en el banco Santender para pegarle una patada en el culo". El otro día me llamó un amigo que vive en Francia hace 40 años y me dijo: "Jacinto, te quiero mostrar una foto, vamos a tomar algo al segundo subsuelo". ¿Pero porqué no te vas a la puta que te parió? ¡Mirá lo que me decía! ¡¿Qué quiere, exorcizar la vida, pedazo de hijo de puta?! ¡Que me invite a tomar un whisky a Avenida de Mayo! ¡Tomáte un avión urgente y no vengas nunca más! Lo dejé clavado... yo no tengo más nada que hablar con él, no, estoy cansado de muchas boludeces. No se puede vivir sosteniendo una conversación de hace 40 años. Las cosas cambiaron. ¿Cómo se llama el recital ese que se hizo?

-¿El Personal Fest?

-No, la electrónica.

-Creamfields

-¡Esa! Ya no me interesa, no, no, ya no me interesa nada de todo eso, estoy como muerto. Me interesan otras cosas… hacer gimnasia, levantarme a la mañana y que no me duela nada, tener algo rico para comer. Prefiero que me llame un amigo y me diga “che, vamos al zoológico de La Plata que nació un chimpancé”. Y yo digo "y bueno, vamos, puede estar lindo". Tambien, ¿qué querés?, diez años laburando acá… te hace mal, soportamos a cada pelotudo; ya parecemos los judíos caminando así –hace una imitación como momias andando devastadas- cuando les decían “vayan, vayan para allá que hay agua”.