Cuatro al hilo (o Jacinto dice)

Morimos solos
"Los solteros tenemos ese problema, vamos a morir solos en nuestro departamento y nos van a comer los gusanos. Yo no me baño dos días y ya me salen bichos por todos lados; pero hoy no, hoy me voy a bañar tres veces. Ya me duché dos veces y a la noche será la tercera. Es que tenía que ir al médico y no quería que la doctora me tocara las bolas todas sucias. Es una mujer fina, la respeto."

Miguitas en mi cama
"En El Dorado había una cama gigante en un rincón que era un asco. Tirabas un vaso de ginebra y explotaban miles las ladillas, jaja. Yo tuve ladillas como 25 veces, se me pegaban, sentían una atracción por mí."

La celebración
"Nunca fui a un recital, no sé ni andar en bicicleta, soy un pelotudo. Nunca me festejaron un cumpleaños; no tuve ni cumpleaños de 15, mi hermano sí. Es que a mí no me gustan las fiestas. Noche Buena, Año Nuevo, yo me acuesto a las diez de la noche. Después un día cualquiera llamo a toda mi familia y les digo “hoy es Noche Buena” y los llevo a todos a cenar a un lugar de primer nivel y bridamos por todo “feliz Navidad, feliz Año Nuevo, Felices Pascuas, ¿se te paró? ¡También te felicitamos!”. No, a mí me gustan otro tipo de fiestas, el sexo, las fiestas negras. Iba a cada boliche… a Bach! Ahí a una cuadra había una cantina buenísima. Ya me conocían, entraba destruido y me decían “¿estás bien?, quedáte tranquilo que bajo más la luz así no te ven los clientes”, jajaja, y yo le decía “sí, no te preocupes que me voy para el fondo.”

Toco y me voy
"La otra vez fui al Palacio Alsina. Un domingo a la noche, dije basta, tengo que salir un poco, así antes de morirme escucho un poco de música, bebo unas copas. Pero fui a la una de la madrugada y había quince putos locos, encima eran incogibles, ¡incogibles! Me fui y me tomé un taxi rápido, porque encima esa zona es muy peligrosa."