Toda su vida había sido empleado en el parque de diversiones. Su trabajo consistía en mover una palanca frente al samba para determinar la intensidad y velocidad del juego. Nadie entendió que era un apasionado y lo echaron apenas un chico salió volando. Ninguno de los dos volvió a ser visto nunca jamás.
3 comentarios:
ja, genial!
es tuyo?
Gracias!!
y ser apasionado en lo que uno hace, a veces se torna complicado.
Si sabre...
Beso!
sí, tom! gracias! jojo
lu. jaja, es cierto, también lo sé yo. beso!
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