Además de los más o menos 50 canelones que tengo que hacer para el almuerzo de mañana del Día del padre, se me ocurrió hacer una chocotorta para esta noche.
Recién, cuando salí de ducharme, en salida de baño y pantuflas, con el vinilo de Bowie de fondo, y puse a calentar agua para tomar unos mates mientras cocino dispuesta al completo relax de sábado lluvioso, me di cuenta de lo peor: me olvidé de comprar el dulce de leche.
No hay caso, tendré que vestirme y salir otra vez antes de lo previsto.
Por lo menos voy a esperar que se me seque el pelo, che.
3 comentarios:
Sin duda tanto esfuerzo culinario recibira su recompensa.
Un abrazo
de donde sacas tantas fuerzas cecii
beso beso
manu
Si no hay canelones el lunes en lo de Dami, voy a llorar. Y mucho.
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