9.9.09

Taxi driver

El taxista empieza a hablar solo, como hacen tantos taxistas, y me comenta, pasada la una de la mañana, que hace frío -4º para más precisión-, y que está medio enfermo y además mal del hígado, porque el domingo fue a cenar con una amiga, Susana, y comió pizza de morrón y palmitos y lo mal que le cayó eso.
Susana le tiene ganas, para qué mentir; hace años que ella está casada pero al marido ya no le funciona así que no pueden hacer nada. Por eso, Susana toca, mima, intenta conmover al taxista pero no, el taxista tiene códigos y le dice "no, Susana, cenamos y después te dejo en la puerta de tu casa". En realidad no me lo cuenta así; me dice: "fui a comer con Susana y a que no sabés dónde terminamos... ¡en la puerta de su casa terminamos! ¿ves qué mal pensada que sos?", me dice, aunque yo no haya abierto la boca absolutamente para nada. Entonces sigue con que él le dijo que no a Susana, a pesar de que es linda mina y son amigos hace años. También que intenta salir con otras mujeres porque total, no tiene compromisos, y fue así que hace dos meses invitó a tomar café a una que conoció en el mismo taxi; una con la que iba charlando "así como con vos", me tira. Iban charlando y pararon en la puerta de la casa de la pasajera y se quedaron conversando en la oscuridad hasta que él le dijo que podían ir a tomar un café en vez de charlar así, pero ella dijo que no, que estaba comprometida, y él pidió disculpas porque si hay algo que él es, dice, es respetuoso con las mujeres, así que le pide perdón pero le deja su teléfono por las dudas. Claro, a las semanas llama la pasajera o, mejor dicho, le manda un mensaje: hola, soy María, la chica que llevaste del gimnasio, si no estás comprometido vamos a tomar un café, propone, y él acepta. Se gustan. Al primer día todo bárbaro y él ni siquiera la toca, al segundo día ya están a full y al tercero ella ya le ofrece que vivan juntos, por lo bueno que es él. Y sí, si yo soy así como ves, especifica, bueno, sincero, respetuoso con las mujeres. Y él dice que no de vivir juntos, pero así y todo comparten muchas cosas. Ella lo llama a la mañana cuando sus hijos están en el colegio para que vaya a tomar mate y él va y la pasan bárbaro. También pasan juntos dos días seguidos: un domingo y un lunes feriado, pero ella después desaparece. Él la llama y ella no contesta un día, dos, y después atiende el teléfono el hijo y le dice que tampoco sabe nada de su madre. El jueves recién ella atiende y dice al taxista: querido, estuve internada. ¿Pero por qué? pregunta él. Es que no te lo dije pero tengo un problemita, soy bipolar. Y así, a ella le gustaría vivir con el taxista y también con su ex pareja pero tiene que elegir y decide darle una oportunidad a su ex pareja, porque tienen ya una historia de dos años y medio. Y es que al taxista solo le pasan esas cosas. "A mi solo me pasan estas cosas", se lamenta él que, asegura, es bueno y respetuoso y tiene códigos. Lo que sí le pareció bien es que la mina sea tan sincera, porque al final, que sea linda mina es lo de menos, eso se cae rápido, pero que sea buena mina es lo que importa y esta era buena mina porque mirá qué sincera, no le dijo que no gustaba de él o que le parecía un idiota o que no funcionaba; le dijo la posta, que era bipolar y que él le parecía un dulce pero prefería volver a intentar con su ex pareja. Entonces le digo que me deje en la esquina, que ahí está bien, y el tipo para y el reloj marca doce pesos pero me dice que le de diez, porque dio unas vueltas raras ya que de tanto monologuear se pasó de largo de la avenida en la que debía doblar y tuve que advertirle yo. Ahí detiene el coche, entonces, y me pregunta de qué signo soy. Cáncer, contesto, y me tira ahí nomás que yo soy muy independiente, muy inteligente, y que doy demasiado. ¿Cómo te llamás? me dice. Cecilia. Bueno, Cecilia, dejá de ser la Madre Teresa de Calcuta, todo para los demás, vos querés que estén todos bien, ¿pero cuándo vas a hacer algo por vos?, pregunta. Y qué sé yo qué decirle a un taxista a la una y media de la mañana, volviendo de una cena, con vino encima... Lo único que se me ocurre responder a esa pregunta -¿cuándo voy a hacer algo por mí?- es "ahora", pensando en el Capitán del espacio que tengo en la cartera para comer con un té de jazmín antes de acostarme. "¿Ahora cuándo, Cecilia? dejá de hacer cosas por los demás y hacé algo por vos, que ojo, nunca vas a dejar de hacer cosas por los demás vos, pero te vas a dar cuenta que las cosas te lastiman y vas a parar un poco. Y disfrutá cada momento que construís vos; no hagás las cosas porque las tenés que hacer, cuidate un poco más, hacé algo por vos", insiste. Y continúa la descripción y me dice que soy una serie de cosas y yo sigo callada; mientras levanto la traba de la puerta y me ubico en posición de "me quiero bajar del auto"; no sé si mirarle el perfil o mirarlo por el espejo retrovisor, evito lo segundo porque me inhibe un contacto visual directo con el taxista desconocido que me acaba de contar o inventar toda esa historia y, para no aguarle la fiesta, le agradezco como si me hubiera revelado un secreto inigualable. Yo me bajo, cruzo la avenida, y lo hago pensando cuántas fiestas aguadas habrán sido reales y cuántas realidades habré aguado por descreída. ¿Importa si le dice a todos lo mismo o a cada uno le da un mensaje particular basado en espectaculares radiografías espirituales? No sé. El tipo hablaba solo nomás, como tantos taxistas.

13 comentarios:

cosasimpropias dijo...

pense que te iba a invitar a salir a vos tb

Julia dijo...

claro, un loco más. pero la pegó, o no? yo tb iba a incluir al capitan del espacio en un textito, pero... en fin que lo q era destinado a postre, terminó siendo el desayuno de hoy.
yo tb anoche tuve una cosa con el taxista. fue un viaje de lo mas silencioso, hermoso te diría. la avenida vacía y luminosa un martes tarde noche. y cuando estoy por llegar a casa veo lo q supuestamente es un reloj y le digo: "esa hora es? dos menos diez?". "si", me dice el taxista, "exactamente dos menos diez. ¿se te hizo tarde?". le dije que sí, que entre una cosa y otra, no me había dado cuenta del tiempo. entonces el taxista me dice q cuando la pasás bien el tiempo se vuela, "y vos la pasaste bien, no?". y ahí nomás me acordé de jordi haciendo muecas y saludando exageradamente al otro lado de juan b. justo.

Amanda dijo...

la historia es completamente cierta, pues la ha inventado el taxista.

natación dijo...

el tipo queria un bucal, nada mas.

Tomás en Shorts dijo...

jajaj, es genial la historia.

alto tipo el taxista. una persona profunda. algunos a veces te tiran la posta y te dejan pensando, está bueno eso.



pero... donde conseguis el capitan del espacio?

pau dijo...

aguante el capitán del espacio!!!

La Criatura dijo...

¿era un taxi espacial? ¿sos una halcona galáctica?

Shalena Mitcher dijo...

sacando lo de sus comentarios noventistas, mí me gusta creer en las ficciones de los tacheros. Hoy uno me inventó que era cineasta y que estaba haciendo un corto sobre un cuento de cortazar. pasa que justo no se acordaba del título del cuento, pero bueno. detalles.

johana marshall dijo...

estos locos, locos, locos taxistas.

padre Morning dijo...

Genial la forma de contarla. Pasé del asiento trasero del taxi al dormitorio del señor taxista y sus amigas en 500 milisegundos.

Anónimo dijo...

Me intrigó lo del Capitàn del Espacio! Yo vivo en Quilmes, y claro, los consigo porque la fàbrica està acà. Sè que en algunos kioskos de capital los venden, pero son los menos. El dueño de la fábrica, por lo que sé, no quiere ampliar la zona de distibuciòn, a pesar de que son muy requeridos...Y tambièn se que NUNCA quiso dar una nota a algùn medio relacionado con marketing y esas cosas...raro..y rico!
Besos!

Romina

paula dijo...

Es cierto lo que dice Romina, yo tb soy de quilmes. aguante el capitan

Cecilia Martínez Ruppel. dijo...

cosas: yo también! mi plata no vale?

Ju: vos sí que tenés suerte...

Amanda: =o)

alejo: yo quiero tantas cosas...

Tomás en Shorts: bonpland y honduras... increíble! eh?!

pau: yeah!

La Criatura: ojalá fuera una halcona galáctica!

Male: qué justo. hay que empezar a hacerles lo mismo y contarles aventuras que superen las suyas así redoblan la apuesta.

johana marshall: me gustaría decir mentiras con esa impunidad que les da el oficio!

caos: gracias! un halago viniendo de vos.

Romina: habría que hacer una nota sobre lo mítico de esos alfajores.

paula: aguante! a todos nos encanta mucho.