23.11.09

Cosas difíciles de cambiar

Hasta ayer tenía la firme idea de, al volver de viaje, no recaer en mi constante rutina del insomnio. Ahora son las 3.34 y estoy escribiendo esto; tengo el mate recién hecho, las pepas que nos sobraron de la merienda de la tarde, los capítulos de The Office que me perdí estas semanas a punto de ser degustados y, para rematar, el libro de poesía que hoy me regalaste.

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