16.2.10

(La luz) El ruido y la furia



Anoche se cortó la luz. Llegué a casa mojada y cansada, me puse a cocinar algo y, mientras corregía un texto en la computadora, la oscuridad brotó de todos lados como una sombra inmune. Encendí unas velas y me puse a leer el I Ching, que me está resultando apasionante. También escribí un poema sobre la falta de luz y me preparé un té ahumado hasta que llegaron visitas, lo cual nunca me había sucedido: tener visitas en plena oscuridad. (Fue interesante.)

Hoy a la mañana volvió la luz. Llegué a la noche del trabajo, cansada, y a medida que me acercaba a la cuadra de mi casa empecé a escuchar ruidos de objetos golpeados, cual 2001. Esto hace dos horas. En este momento, el inocente sonido de algunas cacerolas se convirtió en una batucada digna de los corsos de estas fechas y hasta se sumaron varios bombos, con un ritmo excelente. Para acompañar o interrumpir, según cómo se vea, se oyen esporádicamente bocinas de autos que intentan cruzar el semáforo (roto), más las sirenas de bomberos, patrulleros y ambulancias que pasan o pasan, y alguna que otra alarma que se sobresalta por tanto escándalo y se suma a la competencia.

Hablé con mi mamá y ellos están sin luz desde anoche, como gran parte de su barrio. Me cuenta que allí también hay cacerolazo. Yo busco en Internet los principales portales de noticias y leo simplemente bastante abajo en las páginas que "siguen las quejas por los cortes de luz", como hechos aislados. Esa es la clave: mientras los hechos sean aislados, no problem, porque cada hombre es una isla. La gente que está ahí en la calle dele y dele libera con furia parte ínfima de la bronca que siente, mientras se le pudren y descongelan las pocas o muchas cosas que tenía en la heladera. Por suerte el calor no es el mismo que hace una semana o apenas unos días. ¿Lograrán algo?

Yo estoy acá y ahora voy a seguir escribiendo lo que ando escribiendo, si todo sigue en marcha. Si no sigue en marcha voy a considerar que así debió ser, nada más porque estar leyendo el I Ching me lleva a pensar que todas son sincronizaciones. Es que no sé cómo interpretar las cosas que pasan en la vida. Se nos corta la luz y salimos a hacer mucho ruido para que nos escuchen. Pasa que vivir sin luz es un garrón: no anda la computadora, que muchos precisamos para trabajar, y tampoco podemos mirar tele o ni siquiera las caras de las personas que tenemos en frente. Ni disfrutar del ventilador, ni tener agua fría. Además, puede que haya gente que esté mal de salud y necesite cosas que da la electricidad, desde un nebulizador hasta una almohadilla térmica y otros aparatos mucho más sofisticados que no sabría enumerar.

Si la empresa de luz que está funcionando mal se hace eco de los ruidos, ¿qué pasará? ¿Irán a solucionar más rápido el problema?

Me da miedo pensar cuánta gente hay en el mundo sin luz. No sin luz top, como unos días en Cabo Polonio. Sin luz-sin luz, en serio. Pensar en qué pasaría si la situación se extiende me hace recordar Ensayo sobre la ceguera, de Saramago. Pensar que todo se está cayendo a pedazos hace rato me hace pensar en que "ya estuvo bien, hasta acá llegamos", o creo que eso es lo que deberíamos sacar como conclusión, no cuando se nos corta la luz sino cuando nos damos cuenta de lo que es estar sin luz y lo relacionamos con que hay mucha gente sin luz. Y así con la comida. Y así con el agua. Y así con el amor. Y así con las palabras. Porque sino, mañana tenemos todos luz de nuevo, y "todos" somos nosotros, uno mismo más la familia y los amigos, y ya. Qué tristeza saber que somos un verdadero desastre.

Hay que ver al otro como a uno mismo, o mejor que a uno mismo, en caso de que tengamos baja autoestima. Mejorar eso también: estimarnos. Darnos luz, de la eléctrica, pero sobre todo de la otra y así, here comes the sun, podríamos dejar de ser humanos.


2 comentarios:

Tomás en Shorts dijo...

muy interesante ceci, muy i chingesco. lindo y debastador también .pero la única verdad es q somos todos una mieda y estamos condenados.

DOOOOOMED

Ariel dijo...

Diría dos o tres cosas, acerca de la inquietante evolución de nuestra especie y su obsesiva idea de la vida moderna, apilada, superpoblada, acerca de los evidentes cambios que se manifiestan en nuestro entorno (mayor consumo de energías no renovables, crecimiento demográfico, aghh), acerca de los "seres humanos" que nos representan, defienden y piensan en futuros mejores (?), acerca del tiempo que tardaremos en entrar en verdaderas crisis que cambien para siempre los paradigmas que conocemos.
Diría. Pero mejor voy a seguir pensando en el asunto. A lo mejor sale alguna idea que ayude a mejorar. Eso ya es algo: pensar.

Lindo texto!!

Saludos!
Ariel