9.11.08

Mi tesoro

"Hay un restaurante que dedica cada mes a un escritor y este está todo dedicado a Murakami", me dijo una amiga, y determiné que había que ir de inmediato así que la cité a Julia, que es tan fan como yo del adorable japonés.
No sabía el nombre del restaurante (finalmente era Till), pero sí la dirección: Costa Rica, esquina Julián Álvarez; así que ahí fuimos a cenar una noche, hace algunos meses o quizás el año pasado, ya no recuerdo.

Como suele suceder, yo llegué tarde, y Julia no sabía el nombre del lugar, así que se metió en ese y preguntó si ahí dedicaban un mes al escritor. Resulta que no, el mes era dedicado a Takashi Murakami, un pintor pop, y no a Haruki, como nos habían indicado.
Lo llamativo es que la amiga que me redomendó el lugar leyó varios libros de Murakami y, así y todo, me dijo que en el restaurante había platos de la carta y cuadros y detalles dedicados al escritor, lo cual era evidente que no al entrar ahí, pero bueno.

No sólo nos decepcionamos por eso sino que eran las 20.30 aproximadamente, y cuando pedimos comida nos dijeron que no, que era muy temprano y a esa hora no tenían, motivo por el cual tomamos una cerveza y nada más.

Ahí estábamos charlando cuando entró una nena de unos once años a vender cositas. No me gusta cuando la gente ignora a otra gente así que con Ju nos dispusimos a ver que ofrecía unos saleros y pimenteros de cerámica o algún material semejante. En el momento me parecieron horribles. Sin embargo, algo en ellos me llamó la atención. Quizás una belleza oculta, o la actitud de la nena que era muy simpática y callejera, y decía frases como ordenándole a uno que comprara, aunque sin resultar agresiva. Además no eran baratos, pero bueno, la idea era ayudar a la nena y no conseguir una oferta. Decidí comprarle un par y Ju otro, para regalarle a su novio. Ella eligió una pareja de gatitos y yo de vaca y toro. La nena se fue, comentamos que eran bastante feos pero que tenían onda y seguimos con lo nuestro.

Cuando los llevé a mi casa mi hermana se rió, y los pusimos en un estante de la cocina, pero nunca los usamos. Ju me mandó un mensaje de texto cuando se los entregó al novio, desconsolada, diciéndome que habían descubierto que los suyos no eran gatitos sino ratitas. Así y todo, mis muñequitos siguen ahí, y les tomé mucho cariño.

El otro día fui a la casa de una chica y tenía un par sobre un televisor, en su cuarto. Le conté que tenía yo también unos, y la anécdota de cómo los obtuve. La semana pasada fui con Ju a merendar a Oui Oui y descubrimos que tienen unos. De repente, el mundo está invadido por los saleros y pimenteros de cerámica con formas de animalitos y me di cuenta que a todos nos pasa, evidentemente, que les encontramos algún tipo de encanto. Yo creo que traen suerte o tienen algo abstracto adentro que se libera si se rompen. Creo que voy a pedirles deseos o ponerlos en un altarcito en mi habitación. Creo que me enamoré de ellos y los voy a hacer pasar en mi familia, para siempre, de generación en generación.


15 comentarios:

Julia dijo...

Los gatitos/ratitas gozan de buena salud en una biblioteca de mi casa. Cada vez q los miro me dan risa, una especie de ternura. Nunca les pusimos sal ni pimenta.

Un detalle q omitiste, querida Ceso, fue q la niña nos dijo q esos cositos de cerámica los hacían ellos artesanalmente en no sé qué hogar, pero al darlos vuelta, comprobamos el engaño: Iberia, decía, en claras letras negras.

Anónimo dijo...

Cuando sea grande, quiero ser como vos.

Anónimo dijo...

jaja yo también los tengo, los mismos: vaca y toro. Saludos

25 años dijo...

el encanto esta, claro que si.
yo ahora los mudo conmigo
que lindo que escribis cecilius me hice fan de tu blog :)

Juan dijo...

Que debilidad no? Hago un mea al decir que también me enamoro de los/as autores/as (o al menos eso quisieron creer) dejando de lado la obra, para darle otro peso a la misma. La obra no es solo la obra sino su contexto, y eso le da valor.
Un aplauso más para la señorita.

Y muy bien por la elección gastronómica, tengo oui oui a 30 mts. de mi laburo y todavía no me cansé de las limonadas.

-J

Juan dijo...

fe de erratas:
hago un mea culpa intenté decir.

GirlieBeku dijo...

Me encantan las expresiones de las bocas, es como que sacan la lengua pero no se animan. Y me gustan mucho los dos Murakamis :-D Ah, y también me encanta Oui Oui, cuando puedo voy con mi papá, y el va solo con amigos, y a Ale le enfermé la cabeza hablándole de los waffles de nutella y los scones y todas las maravillas. Es que él no fue viste, no sabe lo que se pierde.
Hablando de Ale, anoche soñé con los dos, después te cuento!

Escribo rápido y atragantado como cuando como budín! Cómo me gusta!
Besos!

Anónimo dijo...

Yo compre unos en el bar de la esquina. Ahi estan, decorando sobre el TV... Se ven bien considerando la decoracion...

Yo pensaba que lo de Murakami, eso de Tokyo Blues, era por Pharoah Sanders...

e.

Cecilia Martínez Ruppel. dijo...

ju. cierto! y te dijo algo también algo tipo "te va a dar", por tu novio... no? jajaja, era una enana jodida!

Majo. no te lo aconsejo! seguro podés hacer cosas mejores. igual me halaga =o)
¿quién sos? no creas que no he reparado en el video de nacho y enrique.


pau. esa! formemos un club. ¿?

maca. :)

Juan. laburamos re cerca!

bel. los waffles de nutella son lo mejor! tenemos q ir un día. ahora me contás el sueño... chan!

e. es lo que yo digo, al final todos tenemos esos cositos bonitos.

murakami es muy fanático del jazz así que seguramente todo esté relacionado!
beso

Juan dijo...

Somos vecinos laborales? :)Quizás nos cruzamos algún día.
Algo me dice, que entonces también laburas cerca de la panadería de la perdición (Bacco, la de Arévalo) y que probablemente trabajes en una redacción que está cerca de Fitz Roy.
J

Anónimo dijo...

jaja yo los tengo también!!!!! es increíble, pero cierto: siempre me parecieron horribles pero nunca los quise tirar, no es mala idea la de pedirles deseos...

La otra vez te mandé un mail, lo viste? era por lo de la carta, que nunca llegó!!

Saludos!
Mariana
www.fotolog.com/derasreloaded

Julia dijo...

Si, si, batió ésa. Seguro q me puse colorada, a mi edad.

Cecilia Martínez Ruppel. dijo...

juan. sí, la panadería esa es genial también, pero trato de evitarla, jeje.
¿qué redacción está cerca de fitz roy?

mariana. ay! me re colgué! sí me llegó, te lo voy a mandar de nuevo! :)
fuiste el primer sobre que había armado, fuiste la primera en pedirlo... merecido!

ju. jajajajajajaja!

Anónimo dijo...

son lindos, se parecen a mi
inu

Cecilia Martínez Ruppel. dijo...

son lindos! el vestido de ella es lindo también.